La participación comunitaria en la agricultura urbana representa un enfoque innovador para transformar las ciudades en espacios más sostenibles y colaborativos. A través de prácticas agrícolas adaptadas a entornos urbanos, las comunidades pueden abordar desafíos alimentarios, fortalecer lazos sociales y crear ambientes más verdes. La implicación activa de los ciudadanos no solo mejora la producción de alimentos locales, sino que también fomenta una conciencia ambiental y social que dinamiza el tejido urbano. La agricultura urbana comunitaria contribuye significativamente al bienestar colectivo, generando oportunidades de educación, inclusión y desarrollo económico en las ciudades.